lunes, 5 de diciembre de 2016

¿Cómo podría afectarnos la tecnología en el empleo?


"La robotización aumentará el empleo en más de un millón de trabajadores". Este artículo es sobre una noticia que aparece en el periódico digital El País, y está escrito por Hugo Gutiérrez, y publicada el 30 de Noviembre pasado.
Pero si me sorprendió el titular, aún más el subtítulo:
“La digitalización destruirá puestos de trabajo pero generará todavía más con una demanda de 100.000 empleados que no se cubrirá, según Randstad Research
Randstad es una consultora de recursos humanos y de apoyo a las empresas a buscar y facilitarles profesionales. Es una de las mayores consultoras de recursos humanos del mundo.
La noticia en sus títulos confunde, o eso parece. La digitalización creará y destruirá empleo. Se indica que en España en los próximos cinco años se podrían crear 1,25 millones de empleos, e indica que (ese número de empleos) será el saldo resultante de la destrucción de puestos de trabajo y los nuevos empleos ligados al desarrollo tecnológico.
Serán profesionales relacionados con la ciencia, la tecnología, ingeniería, y matemáticas. Que además supondrá un desarrollo de la formación profesional ligada a complementar y apoyar a los profesionales técnicos. Dice que España está sufriendo un déficit de las carreras científicas.
En cualquier caso lo que me produjo la atención de este artículo fue que con el desarrollo de la robótica se destruirá empleo pero se generará más.
Siempre se ha dicho que la mano de obra humana era menos necesaria conforme se avanzaba en la tecnología. Se ha comprobado que no es así. En etapas iniciales, las cadenas de producción robotizadas hicieron que disminuyera el empleo, pero de inmediato surgieron nuevos oficios, profesiones… Necesarios, para no solo la producción de la robótica, también su mantenimiento, también la ingeniería de desarrollo, también los conocimientos para dar soluciones a las máquinas cada vez más complejas. Es decir el empleo debía de adaptarse a los cambios en las formas de producción en cualquier sector y en cualquier momento. Se vivió con la primera revolución industrial, y con la segunda, y con todas.
Vivimos en una sociedad en los comienzos de la tecnología para todo. Se habla ya del internet de las cosas, del lenguaje entre máquinas, de la conducción autónoma, etc. Estamos ante avances a los que habrá de incorporarse de inmediato. Los gobiernos deberán crear medidas que apoyen políticas en las que a las empresas de alto valor sean las más favorecidas. La innovación, el emprendimiento, la investigación científica y aplicada deberán ser las líneas principales  en los sectores productivos. Ya sean de la agroindustria, la aeronáutica, la biotecnología, en definitiva cualquier sector productivo evolucionará si se les inculca a los empresarios que no se puede avanzar, no crecer haciendo siempre lo mismo y que la innovación y el desarrollo en productos, en procesos, en servicios… son la clave para defender no sólo el proyecto concreto, sino la actividad de la empresa a través de su competitividad en valores tecnológicos.

Mi conclusión es que la tecnología nos dará oportunidades que afectarán no sólo a nuestra forma social de relacionarnos, o de comunicarnos, o de viajar, nos dará también oportunidades de empleo y por tanto de ciudadanos con plenos derechos. El empleo da a los hombres y a las mujeres dignidad para su desarrollo personal y social.

Julia Álvaro Barroso.

¿Qué es el Brexit?

Europa de los 27 se enfrenta a una situación sobre la que no se había previsto nada, que no fuera solo lo previsto en sus normas de adhesión. Nunca hasta ahora la UE debe de negociar la salida de un país miembro. Sabemos cómo son los pasos para entrar, y así desde la constitución del inicial Mercado Común, han sido muchos los países los que han ido recorriendo el complejo y largo camino que deben transitar, para convertirse en un Estado miembro de la Unión Europea. Pero como he indicado nunca se ha negociado una salida.

En la prensa de hoy he encontrado este artículo, titulado “las posibles brechas en el camino a un acuerdo del brexit”. ¿Qué es el brexit? Lo primero que me llamó la atención fue la palabra. Hasta que no descubrí que proviene de la unión de parte de dos palabras inglesas que son Britain y exit, que traducidas son Britania y salida, no fue hasta ese momento cuando comencé a pensar en la importancia del tema. La salida del Reino Unido de Europa, de la Unión Europea. Y claro este tema puede producir grandes consecuencias económicas y sociales en un futuro próximo, muy próximo.
Y tras el referéndum del pasado mes de junio se produjeron consecuencias inmediatas, como fue la caída de la libra esterlina frente al euro, y otro tema más importante, signos de xenofobia a los extranjeros, especialmente no europeos.
Pero parece que la salida, que el brexit, hay que hacerla. Este camino está por descubrir, no se sabe ni cómo hacerlo, ni cuánto va a costar, ni cuándo será efectiva.
El artículo publicado en el periódico Expansión y escrito por Alex Barker del Financial Times, dice que habrá baches y curvas en este camino, y el primer bache es que las negociaciones pueden empezar tarde. La primera ministra Theresa May, no tiene previsto invocar la cláusula del artículo 50 del tratado de la UE, hasta lo más pronto, marzo del 2017, es decir casi un año después de producirse el referéndum en el Reino Unido. Pero es a partir de que invoque dicha cláusula cuando comienza el plazo establecido de 2 años para que se produzca la salida consensuada, pactada, y controlada. Pero el artículo avisa que puede que no sea así.
Primero porque la negociación formal, no comenzará hasta que Europa, fije las denominadas directrices y un mandato preciso de la negociación. Y esto cree el autor que puede demorarse, a criterios de los futuros negociadores al menos, 6 meses. Por tanto para fijar unas reglas antes hay que negociar 6 meses, desde marzo. Ya estaremos en septiembre de 2017, y no se ha negociado.
A estos plazos se les une que comenzada la negociación debería alcanzarse un acuerdo y su ratificación en un plazo no superior de 14 meses, pues se complicaría dado los procesos electorales de la propia Unión Europea que son en mayo de 2019.
Este camino conlleva además las ratificaciones del parlamento europeo y el británico, y algunos piensan que puede que los parlamentos nacionales de los estados miembros. Es decir puede demorarse sin control.
La próxima primavera es un momento peligroso… pero otoño podría ser duro para Reino Unido. Y así lo indica el artículo pues considera que siendo importante el cumplimiento de plazos puede que no sea prioritario para la Unión Europea, pues habrá estados miembros de vital importancia como Francia y Alemania, que estarán en sus problemas internos, y por tanto las prioridades serán otras.
Parece que la primavera, o mayo de 2018 será fundamental para haber obtenido un acuerdo de salida, y que esta comience a producirse, pues de lo contrario las economías podrían comenzar a desconfiar de la situación y producirse situaciones de huida de capital, pues como todos sabemos el capital es miedoso.

En conclusión, Europa va a aprender cómo se produce la salida de un país miembro, pero en este aprendizaje puede que se pierda más de lo que se espera en estos momentos, y como siempre lo sufrirán los ciudadanos, y en especial, los más débiles, como son los emigrantes en Reino Unido. Creo que el referéndum que el propio gobierno británico propició como enganche electoral, no acertó con la situación que para ambas orillas iba a producirse con la victoria de Brexit.

Julia Álvaro Barroso.